Se ha celebrado el Congreso de la Excelencia en Educación en Barcelona, un encuentro para plantear alternativas y nuevas formas de enseñanza. Enseñar con el corazón y la mente, la mejor y más saludable fórmula educativa para el futuro.
La educación requiere una “re-evolución”, una mirada diferente y novedosa. Con esta idea se reunieron profesores y representantes de distintos sectores de la sociedad en el I Congreso de la Excelencia en Educación: Mente + Corazón en Barcelona.
¿Qué significa educar con el corazón? Es una corriente educativa que pretende cambiar los modelos pedagógicos y diseñar estrategias de aprendizaje con el alumno como constructor de su aprendizaje, con la ayuda de un profesor que propicie su crecimiento personal, emocional y mental, además del desarrollo de sus habilidades necesarias para la vida.
“Otra educación es posible” y exige nuevas prácticas educativas en los centros escolares, nuevos roles profesor-alumno, métodos, técnicas y recursos innovadores, la integración de los miembros de la comunidad educativa (familias, alumnos, educadores) y la tecnología asociada a la labor formativa del maestro.
“El ordenador no puede educar, y menos, en lo humano. Hay que recuperar la educación a fuego lento, esa experiencia de encuentro entre el adulto y el niño sin mediación del ordenador”, explica José María Toro, autor del libro Educar con Corazón, uno de los ponentes del congreso.
Participaron además, importantes ponentes como Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz; Emilio Calatayud, el juez de menores de Granada, conocido por sus formadoras y originales sentencias ejemplares hacia los jóvenes; Carlos Espinosa, doctor en educación; José Ramón Llorente, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Ortomolecular; Joan Antoni Melé, conferenciante; Ivette Carrión, fundadora de la escuela Asiri Perú y Carmen Codina, miembro de la Asociación Española de Constelaciones Familiares.
«Es muy importante reformar el proceso educativo, reorganizar el conocimiento y trascender las fronteras disciplinarias; orientar no solo para informar, sino para desarrollar la conciencia», complementa Héctor Gil, profesor de Filosofía Comparada de Nueva Acrópolis Barcelona, que asistió a este encuentro.