Mito o realidad, el Yeti, el Abominable hombre de las nieves, se ha convertido con los años en una figura famosa a nivel mundial, tanto como para haber inspirado el personaje de Chewaka de la Guerra de las Galaxias…
Para occidente la leyenda se remonta a los relatos de los primeros escaladores que intentaban alcanzar las cumbres de los Himalayas y que regresaban contando haber encontrado huellas enormes o haber divisado a lo lejos una enorme figura humanoide cubierta de pelo, que se ocultaba rápidamente… o que alguien había saqueado sus campamentos por la noche llevándose todas la tabletas de chocolate.
Sin embargo el origen de la leyenda está en el pueblo tibetano, que lo considera no sólo real, sino casi cotidiano; algunos templos conservan aún supuestas reliquias de Yeti. A partir de ahí tenemos un fenómeno mediático propio de nuestra cultura: Noticias, testimonios, fraudes, películas, merchandising… y vídeos en youtube.
Pese a los relatos, huellas, restos atribuidos, lo cierto es que aún no se ha encontrado al Yeti ni al Bigfoot. Quizá la razón de este y otros misterios no sea tanto desvelarlos, cazarlos o diseccionarlos, sino mantener despierto en nosotros el espíritu de asombro ante la vida, vida que quizá nos hemos acostumbrado demasiado a observar desde la pantalla, mientras se nos escurre entre las manos…
