Todo ser humano busca la felicidad por naturaleza. Sin embargo es un concepto que podría parecer muy subjetivo porque cada uno tenemos nuestras necesidades. Para aclarar el tema hemos recurrido a la filosofía clásica, en este caso al genial Aristóteles, para quien la felicidad del ser humano estaría en la felicidad de aquella parte que le diferencia del resto de entidades con las que convive: minerales, plantas y animales, es decir, el alma. Por tanto el gran discípulo de Platón, nos expone en su “Ética a Nicómaco” que “el bien supremo del hombre (la felicidad) es la actividad del alma dirigida por la virtud”.