Cristina Parga Román nos habló de la luz solar como una inmensa fuente de información y alimentación de la cual depende nuestra coherencia interna. Nos explicó que nuestros órganos funcionan regidos por un reloj interno central estrechamente ligado al ciclo día y noche. Tanto determinadas horas de luz natural como de oscuridad son absolutamente vitales para segregar las hormonas necesarias para tener un cuerpo saludable. Para evitar desequilibrios que nos enferman, se impone “bailar” al ritmo de la Naturaleza, estar en armonía con ese ritmo mayor.