El pasado viernes 23 de setiembre disfrutamos y redescubrimos la esencia de “El Principito”. Traducido a más de 250 lenguas, es un cuento filosófico para todas las edades bajo la apariencia de cuento para niños.
A través de sus novelas autobiográficas de Antoine de Saint-Exupéry como “Vuelo nocturno”, “Correo del Sur” o como la bellísima carta que escribió a su amigo Leon Werth, descubrimos que la raíz de El Principito está en su novela “Tierra de hombres”, donde Exupéry y un compañero suyo estuvieron casi una semana en el desierto del Sahara después de sufrir un accidente de aviación, apenas sin comer ni beber. Descubrimos los símbolos que esconden el asteroide B612, la rosa, los diferentes planetas con sus peculiares anfitriones, el zorro… y el final del protagonista.
Igual que el piloto después de buscar un pozo escondido en medio del desierto, comprendimos por qué “lo esencial es invisible a los ojos”.