En esta ocasión nos acercamos al Quijote desde un punto de vista diferente. Lisardo nos presentó una aventura del Quijote, recientemente armado caballero, donde éste quiere hacer justicia ayudando a los más desfavorecidos. En el capítulo IV el Quijote quiere realizar una acción heroica al tratar de liberar a un joven jornalero de ser apaleado por un labrador. El hombre intenta dar argumentos justificativos de su acción pero éstos no convencen al Quijote ya que no son válidos porque él le debe dinero al muchacho. Frente a este episodio, podemos comprobar, cómo en apariencia, la presencia de un hidalgo es atendida, pero en cuanto ése desaparece, todo vuelve a ocurrir como si el caballero no hubiese intervenido. A pesar de todo el caballero andante es como una antorcha para deshacer entuertos.