Tercer encuentro de las Tertulias filosóficas, dedicada en esta ocasión a “La felicidad”, desde un punto de vista filosófico.
Tras una breve presentación de Francisco Ortega, quien nos planteó varias cuestiones como: ¿Soy feliz? ¿Me siento a menudo bien? ¿Depende de mí ser o sentirme feliz? Nos comentaba que todos deseamos la felicidad porque carecemos de ella. Pero, ¿cómo hacer para ser feliz? En realidad tendríamos que trabajarnos para conocernos mejor. Nos dicen los clásicos que la felicidad la llevamos escondida dentro de cada uno de nosotros.
Tras la breve presentación, se inició la tertulia con bastantes intervenciones, donde se destacó la idea de felicidad asociada a la virtud del deber cumplido; la idea de conocerse mejor para sentirse bien; saber aprovechar los buenos momentos que nos brinda la vida. Pero en lo que todos estuvimos de acuerdo fue en la idea de que la felicidad aparece primeramente como algo dual: primero nos atrapa lo mundano y fácil, pero cuando conseguimos, por medio de la voluntad y el esfuerzo pulir la personalidad y conseguimos elevar la conciencia, nuestra actitud ante la vida cambia permitiéndonos disfrutar de una felicidad más moderada y tranquila propia de nuestro ser interior.