Último entrenamiento del año, con un ambiente frío pero un corazón caliente. Qué deleite sentir que la constancia va dando sus frutos y que la mente no se resiste tanto a poner al cuerpo a trabajar… En breve, el Parque de El Retiro se nos quedará pequeño, porque nuestras zancadas van haciéndose más grandes, y con ellas parece que se amplia nuestra visión filosófica, al tener que abarcar un mayor recorrido.