Viaje a la Navarra romana: Villa de las Musas en Arellano, ciudad de Andelos y Santa Criz de Eslava

 

Un grupo de entusiastas de la arqueología y la historia realizaron una salida educativa a tres destacados sitios arqueológicos de la Navarra Romana: La Villa de las Musas en Arellano, la ciudad de Andelos y Santa Criz de Eslava. Esta excursión, organizada por Nueva Acrópolis en Bilbao -que tenía como objetivo profundizar en el conocimiento del patrimonio histórico de la región-, ofreció a los participantes una experiencia inmersiva en la vida y la cultura de la época.

La jornada empezó con la visita a la Villa de las Musas, un impresionante conjunto residencial que data del siglo I d.C. Allí se tuvo la oportunidad de explorar los vestigios del lugar, admirando sus esculturas y mosaicos, y comprendiendo la importancia de esta estructura en el contexto de la época. Este yacimiento destaca no solo por su belleza artística, sino también por su valor arqueológico, proporcionando una visión detallada de la vida cotidiana y la arquitectura de aquella sociedad.

Posteriormente, el grupo se trasladó a la ciudad de Andelos, un antiguo núcleo urbano que jugó un papel crucial en la historia de la región. Allí los visitantes recorrieron sus calles adoquinadas y exploraron los restos de edificios públicos y privados, así como su avanzado sistema de abastecimiento de agua, considerado una obra maestra de ingeniería. Esta ciudad ofrece una perspectiva única sobre la organización urbana y la infraestructura de estos asentamientos.

Ya por la tarde, el grupo visitó el yacimiento arqueológico de Santa Criz de Eslava, la ciudad romana mejor conservada en Navarra y quizá, una de las más impresionantes del norte de España.
Esta ciudad tuvo su esplendor en tiempos del emperador Augusto. Aunque solo se ha destapado en torno al 3%, se ven edificios, como el foro, que constituye un buen ejemplo de la arquitectura pública de la época.

Por otro lado, se ha excavado parte de la necrópolis, donde se pueden ver los distintos tipos de sepulturas de incineración, hallándose trozos de cerámica, dados, fichas de juegos de mesa y otros objetos de uso cotidiano, que están expuestos en un pequeño museo en el propio pueblo de Eslava.
Es un privilegio visitar estos lugares con la mirada del filósofo, y con la admiración del que sabe que está tocando la historia.

Por lo que es preciso reconocer la sabiduría de esta civilización patente en este legado.

Ciertamente, esta fue una aventura en el espacio y en el tiempo.

Santa Criz de Eslava

Author: Bilbao

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