Un grupo de personas disfrutó de una ruta suave por el Faro de Santa Pola, con prácticas de respiración y observación de la naturaleza.
Se realizó una caminata tranquila, sin demasiados desniveles aprovechando la maravilla de la naturaleza.
También se llevaron a cabo prácticas de silencio, de respiración, de observación de la naturaleza… además de poder conversar y conocer otros puntos de vista donde nuestro corazón se enriquece cuando se abre a otras formas de pensar. Y así con estas prácticas los asistentes disfrutaron del atardecer del padre sol.
Asimismo, tras llegar a destino con tiempo, se compartió la cena de cabasset en un ambiente distendido, amistoso y participativo.
Con la llegada de la noche, el grupo esperó impaciente el amanecer de la luna llena, que emergía del horizonte y aunque con brumas, la espera nos regaló el reflejo de su luz en las aguas del Mediterráneo.
Siempre es muy gratificante tener espacios para abrirnos a la naturaleza.
La naturaleza es la mayor escuela de armonización del ser humano, propone la filosofía, aprendamos de ella.
Además también tuvimos tiempo para compartir la poesía de Amado Nervo, “En paz” y unos cuentos.
Con aprendizajes recorrimos el camino de vuelta a los coches aprovechando la luz de la luna llena y agudizando los sentidos.
Agradecidos por la experiencia y por todos los que la hicieron posible.
¿Quieres compartir con nosotros la próxima vez?
