El terapeuta del sonido Felipe Urtiaga realizó una sesión de grupo llamada «Viaje al sonido». Un recorrido que se hace tumbado con los ojos cerrados posterior a unos ejercicios que ayudan a relajarse y dejar por unos momentos las preocupaciones que nos genera la vida cotidiana.
Los instrumentos utilizados fueron en su mayoría de Extremo Oriente: gongs, cuencos tibetanos, crótalos y monocordio. También se vertió agua de un recipiente a otro para producir una sensación relajante. Finalmente, se recrearon sonidos a la manera de los monjes tibetanos.
Un momento agradable y tranquilo que ayuda a reponerse del estrés y de las prisas de este mundo agitado, que nos permite a veces ver soluciones a problemas que nos bloquean, o nuevos proyectos, cambios a realizar en nuestra vida…