En este primer taller nos pudimos acercar a uno de los filósofos más materialistas, Aristóteles.
Este filosofo aseguraba que según nuestro nivel de sabiduría nos íbamos acercando a la verdadera felicidad y esta se conseguía alejándonos de todo extremo y acercándonos lo más que pudiéramos al justo medio, y la mejor forma de conseguir esto era a través del desarrollo de la virtud. La virtud es el justo medio y respecto al bien y a la excelencia es la cúspide.
Para él una de las mayores virtudes a desarrollar que nos acercaría sí o sí a la felicidad es la humildad. Desarrollando la humildad a través del querer escuchar la verdad.
También nos habla del alma irascible y de como trabajando una serie de virtudes nos lleva a dominar esta parte de nosotros. Nos cuenta que el trabajo de las virtudes es diario y que cada batalla ganada es una conquista que nos hace cada día un poco más fuerte que el día anterior. Algunas de estas virtudes son:
Virtudes éticas: Valor, Templanza, Dulzura y Generosidad. La virtud es para practicarla.