En Nueva Acrópolis Alicante, se ha ofrecido una conferencia pública telemática sobre las actitudes posibles frente a la situación provocada por la pandemia. La charla que ha sido realizada por Iván Rodes -sub-director de Nueva Acrópolis Alicante , llevaba como título un desafío, “¿Quién quiero ser durante el COVID 19?
El orador invitaba a reflexionar sobre las distintas actitudes que se pueden adoptar individualmente para enfrentarse a una situación tan nueva e inesperada, como el confinamiento a raíz de la pandemia y planteaba tres alternativas:
- Puedo ser quien sufre inconscientemente los efectos del miedo, sin querer reconocerlo.
- Puedo ser quien se sitúa en una zona de aprendizaje.
- O incluso, quien intenta crecer en sus valores personales aún en la adversidad.
Si me sitúo dentro del círculo del miedo, que es una forma de ignorancia, me instalo en la irritabilidad, la agresividad, la queja, la crítica para desahogar tensiones y frustraciones; me dedico a reenviar mensajes tóxicos para contagiar mis emociones o me afano en acaparar provisiones insensatamente.
Sin embargo puedo elegir otras alternativas y situarme en el círculo del aprendizaje o en el mejor de los casos en círculo del crecimiento.
En el primero, el círculo del aprendizaje, reconozco que todos tratan de dar lo mejor de sí mismos ante una situación que es nueva y muy difícil. Me propongo contrastar las informaciones que me llegan antes de divulgarlas automáticamente. Tomo conciencia de la situación, pienso, identifico mis emociones haciendo introspección y luego actúo. Comienzo a despegarme de situaciones y circunstancias que no puedo controlar, a la vez que dejo de consumir compulsivamente desde alimentos que no necesito hasta noticias sensacionalistas y machaconas que no conseguirán llenar un vacío interior.
Y el tercer círculo a conquistar, el de la zona de crecimiento, sería el ideal para un voluntario bien formado. Es la actitud que me permite encontrar un propósito, un proyecto. Vivo el presente con los cinco sentidos en el aquí y ahora para poder dominar el futuro. Pongo mis talentos y habilidades al servicio de quienes lo necesitan. Soy agradecido y valoro mi vida para poder reconocer, agradecer y valorar lo que hacen los demás por la sociedad, como los sanitarios, los transportistas, y las fuerzas de seguridad, entre otros. Mantengo mi sentido del humor y la alegría para contagiar esperanza. Practico el sosiego, la paciencia y la creatividad para propiciar una renovación psicológica. Todas y cada una de estas actitudes promueven una adaptación a la nueva situación que se está viviendo y eso es inteligencia, adaptarse a los cambios.
Iván Rodes ha sabido exponer lo mejor de la filosofía practica para la vida que se enseña en los cursos de filosofía, adaptándolo, especialmente, para las circunstancias a la que nos enfrenta la pandemia.