El ciclo estival de charlas organizadas por la Organización Internacional Nueva Acrópolis en Alicante ha concluido con la presentación conjunta de las instructoras de filosofía Katy Oña y Mercedes Moreno de la disertación El ciclo de la Luna en el techo astronómico del Templo de Dendera.
Katy Oña comenzó la charla explicando los diversos simbolismos asociados a la diosa Hathor, a quien está dedicado el templo principal del complejo de edificios de valor arqueológico en Dendera, Los templos se consideraban receptáculos donde se manifestaban las energías de los dioses y era el sitio de encuentro de lo celeste con lo terrestre. En este caso la diosa Hathor es la Madre Primordial, creadora de todos los seres, la que asegura la gestación y el renacimiento del Sol. La diosa Isis, un aspecto de Hathor, es la intercesora entre la tierra y el cielo, y por ello también se la asocia con la Luna. En Dendera la luna llena representa a Osiris reconstituido, después de haber sido asesinado y descuartizado por Seth.
Las disertantes también mencionaron al dios Toth de la sabiduría y responsable de la sanación del ojo izquierdo de Horus segun el mito osiríaco. Toth con su sabiduría, reflejo de la luz solar, da la vida en medio de las tinieblas que son símbolo de la ignorancia.
Las disertantes explicaron que la astronomía, la astrología y la religión se desarrollaban paralelamente en el antiguo Egipto y que hay muchísimos simbolismos en el arte y la religión egipcia. Sin embargo, los egipcios no entendían los simbolismos como algo que simplemente se debiera plasmar, sino que los debían vivir.
Luego de explicar detalladamente el significado de cada una de las figuras del ciclo de la luna conservado en el techo del templo de Hathor, Katy Oña y Mercedes Moreno se refirieron a los simbolismos que entrañan muchos de los dioses representados en el templo de Hathor y relacionaron su esencia con enseñanzas que nos pueden ayudar a vivir con mayor sentido nuestras vidas.
Por ejemplo, la cobra, que simboliza el discernimiento y el buitre, que es la asimilación nos podrían alentar a desarrollar esas cualidades en nosotros: el discernimiento para poder elegir mejor y la asimilación para poder poner en práctica lo que hemos aprendido.
La diosa Hathor, quien es la que gesta la vida y la luz del Sol, representa esa luz a la que tendríamos que dar nacimiento en nuestro interior para poder alumbrar a nuestro entorno.
Las distintas fases de la luna, nos recuerdan que también nosotros, como seres de la naturaleza, estamos sujetos a sus leyes y a sus ciclos. Como la luna, nosotros mismos pasamos por etapas de luz y de oscuridad y estas últimas son pruebas que podrían fortalecernos al superarlas, si consiguiéramos verlas de ese modo y no como desgracias que nos van ocurriendo a lo largo de la vida.
Osiris, el Nilo, símbolo de renovación y vitalidad nos enseña que debemos renovarnos. Con el mito de Osiris, que fue despedazado y luego fueron unidas todas sus partes, aprendemos que debemos buscar la unidad en la multiplicidad para llegar a nuestra verdadera identidad.
Thot, símbolo de la sabiduría, nos indica la importancia de aprender, de asimilar. Thot es el que llena el Ojo de Horus, y hace que pueda ver con más claridad, de lo cual podemos inferir que la sabiduría nos otorgará esa visión clara que ayuda disipar las tinieblas de la ignorancia.
De la Duat, el reino de Osiris, aprendemos a superar esos obstáculos psíquicos en que a veces nos vemos inmersos apoyándonos en una moral que nos fortalezca, que los egipcios entendían como la diosa Maat, para poder transitar el sendero, superar los obstáculos, las pruebas o las fases oscuras y salir airosos de ellas.