“El valor de las palabras” ha profundizado en el significado de una de las festividades más populares: la Navidad.
Navidad etimológicamente deriva del latín: nativitas, nativitatis que significa nacimiento.
La navidad se celebra a lo largo y ancho del planeta, aunque en cada cultura tiene un nombre. En todas ellas tienen en común el nacimiento de un ser divino con carácter de “salvador”: Amaterasu en Japón, en los países nórdicos la diosa Beiwe, en Persia Ahrimán …
La celebración está relacionada con el solsticio de invierno, ya que en este día el astro rey se encuentra en el punto de menor fuerza, es el día más corto y la noche más larga. En el simbolismo universal el Sol moría esa noche en su lucha contra la oscuridad y renacía inmediatamente. El Sol pues, es Invicto.
En la antigua Roma, el «Sol Invicto» perteneciente al culto de la diosa Mitra, fue una de las festividades más importantes. El emperador Constantino lo cristianiza y lo transforma en el nacimiento de Jesús, asignándole el 24 de diciembre.
Se puede deducir que la navidad en todas las culturas está relacionada con el renacer. Donde a un periodo de oscuridad le sigue siempre un amanecer.
