Quien mueve las piernas, mueve el corazón.
Ese es uno de los lemas de nuestro grupo de entrenamiento, pero no solo a nivel literal, sino también a nivel afectivo, porque el deporte hecho en grupo despierta vínculos de cariño y alegría entre todos los participantes, y nos hace más proclives a mover el corazón hacia nuestros semejantes. En un entorno festivo, aprendemos a trabajar con el cuerpo y la respiración, y a desarrollar valores de solidaridad y trabajo en equipo.