La ópera es un género musical complejo. La mezcla de teatro, música, canto, la escenografía… son muchas piezas que poner a trabajar juntas. Precisamente por eso mismo, un compositor con visión y las ideas claras es capaz de dar un mensaje con muchas capas de profundidad diferentes, aprovechando bien tal cantidad de recursos que el género pone a su disposición.
En la sede de Nueva Acrópolis Castellón, tuvimos el placer de recibir a Olga Sala, cantante lírica que vino desde Sabadell como colaboradora de la Escuela de Filosofía Nueva Acrópolis y del Instituto Tristán, que nos trajo un análisis completísimo sobre el simbolismo que Mozart escondió en una de sus óperas más famosas: La flauta mágica.
Esta obra, colosal, ambiciosa y espectacular a partes iguales, fue un encargo que Mozart recibió: debía componer un Singspiel, una ópera en alemán de temática fantástica, como de cuento de hadas. Y Mozart aprovechó el encargo para incluir en la composición una cantidad enorme de simbolismo perteneciente a la masonería, sociedad a la que él mismo pertenecía. Así, la historia puede parecer el clásico cuento del héroe que salva a la princesa a través de medios mágicos, con la malvada bruja, el cruel ogro, un rey sabio y todos los elementos habituales del cuento. Pero una mirada más profunda revela un verdadero viaje espiritual, iniciático, en el que nada ocurre por azar, sino que todo está tratando de transmitir una moraleja, un mensaje, unas instrucciones que son más para el alma que para la mente. La charla se centró en analizar el rico simbolismo presente en la obra.
Aquello que no se pudo comentar durante la actividad, se terminó de comentar después, ya que al terminar la exposición, los miembros del Centre Cultural celebramos, como es tradicional, la “cena platónica” en conmemoración del nacimiento y muerte de Platón, cercano al Día Mundial de la Filosofía.

