La charla-taller, ofrecida en abril por la profesora de Tai-Chi, Adoración Solares, en dos sesiones consecutivas, en el Espacio Cultural Itaca, nos introdujo en los conceptos teóricos y prácticos de este arte chino milenario.
Si bien no es ampliamente conocido, el Tai-Chi, como concepto, es muy antiguo en China. Está ligado al taoísmo y significa “principio generador supremo”. Se representa con el símbolo del Tao, que hace referencia a la polaridad de todo lo manifestado, el yin y el yang. Tiene un contenido filosófico fundamentado en el I-ching y en las máximas de Lao-Tsé.
En esta disciplina se puede diferenciar un Tai-Chi medicinal y un Tai-Chi marcial, siendo el primero el más extendido. Es decir, el Tai-Chi suele utilizarse tanto en China como en Occidente como técnica de relajación y como ejercicio preventivo que favorece la salud. El Tai-Chi se apoya en la medicina tradicional china, por eso utiliza los meridianos energéticos que se estudian en acupuntura.
El Tai-Chi, del cual hay distintas variantes, como “la Forma larga de Yang”, de más de cien movimientos, y la “Escuela continental o de Pekín”, con 24 movimientos, tiene como principio fundamental la suavidad, por eso sus figuras se van enlazando, de manera fluida y armónica. En él, no hay fuerza muscular sino transmisión de energías. Suele también conjugarse con el Chi-kung, que recoge ejercicios respiratorios.
En la parte práctica, la profesora nos estuvo enseñando las distintas figuras y movimientos, y sus beneficios corporales.