La conferenciante Ana Belén Rodríguez planteó este tema destacando la capacidad que ha tenido el ser humano a lo largo de la historia para la realización de sus sueños, y que eso ha supuesto el logro de grandes avances en los diferentes campos científicos, artísticos, sociales…
Citó algunos ejemplos de estos “soñadores revolucionarios” como es el caso de Roal Amundsen, que tras una vida de aprendizaje al final alcanzó su objetivo, coronando la expedición al Polo Sur; o el alemán Heinrich Schliemann, que se dedicó a atesorar una gran fortuna para lograr un hito para la arqueología, dando veracidad a los escritos de Homero en sus descripciones en la “Ilíada”; o personajes menos conocidos como Hamilton Naki, el héroe clandestino, cirujano autodidacta, que figuraba como jardinero en el equipo del doctor Christiaan Barnard, y que consiguió realizar
con éxito el primer trasplante de corazón. Toda un asombrosa noticia que no tuvo su reconocimiento para aquél hombre de raza negra, por motivos de los prejuicios sociales.
Todos estos personajes vivieron sus momentos de crisis, de aislamiento, de aparentes abandonos, pero gracias a su constancia nos demostraron que los sueños, grandes y pequeños pueden llevarse a cabo, sólo se necesita creer en ellos, tener la capacidad de aventurarse y trabajar día a día por las plasmación de esos objetivos.