Botticelli se nos aparece como el pintor de los Médicis. No sólo realizó para ellos innumerables encargos sino que supo asumir y traducir a términos pictóricos, el mundo de las ideas del neoplatonismo alentado por Lorenzo de Médicis y el grupo de humanistas, como Marsilio Ficino, Gemistos Pletón, Pico de la Mirándola… que le rodeaba. Su pintura se convirtió así en intérprete y portavoz de las aspiraciones ideológicas del grupo de filósofos más importante de su tiempo. Un círculo que aspiraba a la armonía universal y del hombre, que identificaba bondad y amor con belleza, viendo en ésta una emanación de la luz divina extraída de la
filosofía platónica, lo que conllevaba una recuperación de la culturas clásica y oriental a través de sus mitos. Estos filósofos propiciarán un cambio profundo en la sociedad de este tiempo.