Bajo un enfoque filosófico, entendemos que el hombre participa de la Naturaleza y del Cosmos porque se encuentra integrado en Él. Todo tiene un sentido y camina hacia alguna parte. Todo tiene un origen y una finalidad. Esta idea la podemos encontrar en los libros sagrados de todas las culturas, como el Rig Veda, el Kybalión… Las escuelas de filosofía de oriente, ha estudiado esta relación del hombre y el Cosmos, así como una Inteligencia creadora o Theos, que estaría detrás de toda la manifestación. Esta inteligencia capaz de ordenar todo lo existente en detrimento del caos, ordenaría todo lo manifestado mediante una ley universal. Según los libros sagrados indios, el Darmán, sería la ley a la que estamos sujetos todos los seres de la creación, y por ende el ser humano.
Nos comentaba Juan Manuel que la vida tiene que tener un sentido, un Sadhana, un por qué. Debe de tenerlo. La ley que permite que todo llegue a su fin sería el karma, ley de causa y efecto. Mediante esta ley el ser humano llegará al fin del camino, tras múltiples experiencias en diferentes vidas. Todo lo manifestado tiene un camino de retorno a esa Unidad de la que salimos. Tras esa larga evolución, nos viene a la memoria esa frase de Platón: «Sois dioses pero lo habéis olvidado».