La cata de un vino es más un arte que una ciencia puesto que exige una sensibilidad y sutilidad en el lenguaje que transmita de manera excitante una impresión fugaz.
Comenzó la velada con una explicación de los diferentes vinos que íbamos a tener la oportunidad de probar, acompañados de una degustación de diferentes platos exquisitos.
Antes de la degustación de cada vino, se explicó la procedencia; así como el color, la transparencia, brillo, intensidad, los aromas frutales, florales, herbáceos; las sensaciones en la boca como acidez, impresiones dulces, materia y cuerpo, equilibrio, persistencia de los aromas. Y todo ello con una combinación perfecta, recitando en cada cata un poema al vino y al amor que dejaron impresionados a los asistentes.
Todos nos dejamos llevar por las explicaciones y nos dedicamos a saborear y disfrutar a través de los sentidos, primero la vista, después el olfato y por último el gusto. A través de los diversos vinos de las comarcar granadinas, intentamos diferenciar y apreciar los diferentes colores, olores y sabores.
La velada se desarrolló en un ambiente simpático y divertido, en donde no faltó la improvisación de canciones de siempre acompañadas del piano. La valoración de todos respecto al evento fue muy positiva.
