“En el mundo actual, lleno de conflictos y contradicciones el descubrimiento de la vía de la concentración aparece como una oportunidad real en el ser humano para aprender a conciliar sus contradicciones, situándolo en su propio centro”. Este camino nos indica las dificultades que debemos vencer a través de unas prácticas sencillas. Aunque es más difícil en Occidente por la manera de conocer, mucho más intelectual que en Oriente. En las Escuelas Orientales, un maestro enseña y transmite a su discípulo su enseñanza de forma oral y muy práctica para que poco a poco pueda mejorar y cambiar su vida. El Budismo nos enseña que la mente es un gran obstáculo para conocernos, por la dispersión a la que está sometida, y por la cantidad de versiones de la realidad que la mente crea. ¿Cómo conocernos si no somos sinceros? Por medio de la atención, pero ello supone un esfuerzo: es la recta acción, es decir, atención por deber. Esta puede dirigirse por medio de nuestra voluntad. Para trabajar la atención, hace falta voluntad y para ello necesitamos la disciplina aplicada a nosotros mismos desde nuestra libertad.