Reunirse alrededor de una mesa con filósofos para conversar es muy gratificante, sobre todo si hay voluntad de mantener la cordialidad. Esto no es solo aportar opiniones, sino que la reflexión y el juicio aparecen para dialogar, converger, sumar, respetar, inspirar y aprender. Si añadimos la inteligencia del corazón, podemos reproducir un banquete al más puro estilo socrático. Esta es la propuesta de la escuela de filosofía, donde cada trimestre nos reunimos, profesores y alumnos a dialogar sobre una temática.
Y quizás inspirados por el filósofo ateniense, en Nueva Acrópolis Zaragoza nos hemos reunido para cenar y dialogar sobre el Idealismo. ¿Qué es un Ideal?, ¿Se puede vivir un Ideal en el siglo XXI?. ¿Cuáles son los valores que deben regir a un idealista?, ¿Merece la pena apostar por un Ideal?. Éstas y otras preguntas surgieron a lo largo de la tarde-noche, y la búsqueda de respuestas sinceras y razonadas fue conformando un cuerpo argumentativo acerca del Idealismo. Estuvimos de acuerdo en que un Ideal no es una simple idea, sino que es una Idea muy grande, de gran calidad moral e inclusiva, cuya puesta en práctica beneficie al mayor número posible de seres humanos.