H.P. Blavastsky, en la Doctrina Secreta comenta que el alma al morir, se libera de sus deseos y espera, según su conciencia, a continuar su experiencia en sucesivas vidas. Hablamos de la Reencarnación desde un contexto filosófico, no desde una creencia. El hombre tiene algo inmortal que no muere, y ese algo es lo que somos en esencia. El desarrollo de la conciencia de uno mismo va a requerir de un camino dentro del mundo en el que vivimos. Ese camino o Darma tiene unas leyes. La Ley del Karma, ley de acción y reacción, modela cada uno de los momentos de nuestra existencia. El karma no es un castigo, sino las consecuencias de muchas acciones físicas, psíquicas y mentales. Ante las injusticias, la Teoría de la Reencarnación, da un sentido a la vida y encaja bien el hecho de que la Naturaleza es justa.