Situado dentro del Parque Natural Sierra de Aracena encontramos el precioso pueblo de Alájar y su famosa Peña de Arias Montano. Fue denominada así en memoria del famoso humanista que pasó tantos años de su vida en ella.
Con ocasión de esta visita que organizó Nueva Acrópolis, nos acercamos a la figura Arias Montano y también a las tradiciones y leyendas que han acompañado su paso por el lugar. Según algunos expertos, se caracteriza por su gran magnetismo telúrico. Sobre todo en las cuevas de las Lapas y especialmente en la llamada Gruta del Palacio Oscuro. En esta misma gruta, al parecer, meditaba Arias Montano, y en la que brújulas se vuelven literalmente locas.
Arias Montano fue un humanista excepcional en un momento histórico complicado. Protegido por la gigantesca figura de Felipe II al que dedica una de las “pirámides” (más bien parece un obelisco) que erigió en la peña. De una de las cuales aún quedan restos. Era Caballero de Santiago, quizá para enmascarar su pertenencia a la Familia del Amor (o de la caridad).
Y entre las muchas leyendas que nos deja su memoria, está la de los fabulosos tesoros que dejó escondidos en las cuevas. Claro que lo que para algunos los tesoros consisten en joyas, plata y oro, para otros residen en el conocimiento, no nos cabe la más mínima duda de que Arias Montano era un buscador del tesoro de la sabiduría.
Encargado por Felipe II de la Biblioteca del Escorial, cuenta la tradición que dejó mensajes secretos encerrados en los libros de la magnífica biblioteca. Se dice que los años en los que estuvo en la Biblioteca del Escorial fueron los más heréticos pues era la única biblioteca en la que la libertad era posible.
Como anécdota de la visita pasamos por debajo del “Arco de los Novios”. Cuenta la tradición que las parejas que pasan por debajo de él se casan… Aunque este arco fue probablemente la puerta que daba a los jardines creados por el mismo Arias Montano.
El grupo de Senderismo de Nueva Acrópolis Sevilla, posteriormente realizó un recorrido entre castaños y que culminó con la visita a la ermita y a los alrededores, así como al pequeño museo que en el centro de interpretación le dedican a Arias Montano.