En nueva Acrópolis Zaragoza hemos querido dedicar una conferencia al gran filósofo Plotino, uno de los precursores principales del neoplatonismo. Hemos hablado de varías claves para entender su filosofía y ver la relación de ésta con la mística.
En realidad, la filosofía atemporal es mística por naturaleza porque pone en acción las facultades superiores del ser humano como son la voluntad, el amor y la inteligencia.
Plotino era un hombre de rigurosas y frugales costumbres. Consideraba la virtud como camino de elevación hacia lo divino. Toda su filosofía tiene por objetivo “la conversión de la mirada”, es decir, ir orientando progresivamente nuestra conciencia, nuestra energía de vida del mundo pluralizado hacia la Unidad Absoluta.
Este trabajo sólo es posible a través de la perfecta posesión de uno mismo, para ir purificando el alma y despojarla de la suciedad que pueda opacar su intensa y pura luz. Pare ello Plotino nos propone un camino con dos tareas esenciales: la organización y la contemplación.
Se alcanza la contemplación de lo Bello en sí mismo, de la Belleza arquetípica, después de hacer un recorrido con el Amor como fiel compañero de viaje. Se comienza por el amor a los cuerpos físicos, seguimos con el amor a los actos nobles, luego amor al saber y a las grandes ideas, para finalmente llegar al amor de la Belleza por sí misma.
Plotino trajo de nuevo la filosofía de Platón y le agregó un matiz místico en su concepción y aplicación. Una y otra vez la filosofía perenne sigue presente en diferentes épocas porque en esencia es UNA.