«Religiones: luces y sombras», se plantea de una forma para aquel que ve a Dios en todas las cosas, y de otra, para el que piensa que es una creación psicológica. Pueden verse sus luces como el arte religioso. Sus sombras, como la intolerancia. O, tal vez, sus aspectos o convenciones sociales. O puede verse como una forma de educación. ¿Es posible la espiritualidad sin religión?
La conferencia “Religiones: luces y sombras” estuvo a cargo de Daniel Iglesias y Ana Gálvez, voluntarios de Nueva Acrópolis en Almería. Continúa pues el ciclo provincial Arriésgate por un mundo mejor. Tras la presentación inicial, se detuvieron en los posibles orígenes de la palabra religión: Volver a unir (Lactancio). O bien, considerar con cuidado, releer, atender sin negligencia (Cicerón, Ortega).
La religiosidad implica un sentido de la vida. Acercarse pues a su lenguaje es acercarse a los símbolos, las parábolas, las imágenes, mitologías. De ahí algunos peligros y sombras, como la literalidad, el fanatismo. No hay pueblos elegidos ni pueblos malditos. Interpretar mal los textos lleva a la intolerancia, y de ahí, a la incapacidad de pensar.
Por el principio de eclecticismo se llega a una tolerancia activa. La Religión es una cara más del conocimiento. Abrir la mente. Entusiasmo es ser uno con Dios, o Dios en nosotros. La espiritualidad es algo natural en el Hombre. El Hombre tiene anhelo de trascendencia y por ello la busca. Es una forma de investigación interior. El filósofo cree “que” y por tanto lo busca. El sendero filosófico está lleno de pistas, de señales. Diversos “mensajeros de los dioses” han explicado el Sendero. Han puesto una Luz que desde las religiones lleve a la Religión de la Verdad. No seamos negligentes.