En Nueva Acrópolis Zaragoza, hemos tenido el privilegio de contar con Mar López, presidenta de la Fundación “Vivir un Buen Morir”. Es la segunda vez que viene a nuestra sede y es un verdadero regalo escucharla por su sabiduría, presencia y experiencia de vida.
Nos transmitió que su fundación nació del sentimiento profundo de que la muerte podía ser tratada de otra manera más digna y natural en nuestra sociedad actual. Es un tema tabú. El sufrimiento de la pérdida es inevitable, aunque también es cierto que a más apego por los seres queridos (y en general por todo) más sufrimiento va a generar su pérdida. Y aquí surge la primera cuestión clave. La determinación obstinada de alargar la vida de las personas con los medios tecnológicos y medicamentos de que disponemos actualmente, ¿es por que realmente vamos a favorecer a la persona que inevitablemente va a morir o en el fondo se esconde el apego, el egoísmo de no querer que desaparezca por interés propio?
Tratar de alargar la vida a cualquier precio por apego a las personas que se van es inmoral y provoca sentimiento de impotencia al no aceptar lo inevitable (tanto de los profesionales de la salud como de la familia), el nefasto sentimiento de culpa, porque como no lo puedo aceptar como natural y tampoco lo puedo remediar, entonces alguien tiene que tener la culpa. Por último, aparece el sentimiento de fracaso.
Por educación y por el paradigma cientificista y materialista imperante que existe a nivel individual y colectivo, hay una actitud psicológica insana de evitación y negación de la muerte. Es necesario abrir espacios de reflexión para ampliar la mente sobre todas aquellas cuestiones que se deberían hacer para tener una muerte digna y sobre todo, lo que NO se debería hacer y se esta haciendo con el objetivo de construir un camino para salvaguardar la dignidad humana y el respeto a la autonomía personal.
Existen cuatro pasos esenciales que la fundación VBM enseña y aplica:
– Identificar con claridad la situación.
– Buena comunicación.
– Formación e información.
– Despedida sabia y compasiva.
Siguiendo estas pautas podríamos mejorar el ambiente en el momento de morir y promover una atención más humana a las personas que van a morir, además de facilitar el transito hacia el otro lado de la VIDA.