Por primera vez en Nueva Acrópolis Sabadell, se hizo la entrega de premios y diplomas de la primera convocatoria de los Juegos Florales NA Sabadell 2020.
Debido al confinamiento, la cita, que estaba prevista para el pasado 23 de abril coincidiendo con el día de Sant Jordi, se tuvo que posponer para finales de año; aprovechando este semiconfinamiento actual, aun así se realizó, siendo una parte presencial y el resto vía en línea.
Y no por eso se ha dejado de hacer, ¡todo lo contrario! Se ha hecho con mucha ilusión y cariño.
El concurso era de prosa y poesía, y además de los participantes de Sabadell también se unieron varios compañeros de la sede de Barcelona. El jurado estaba formado por M. Ángeles Reina y Enrique Galbis, anterior director de NA Barcelona, que muy amablemente se ofrecieron a ello.
El objetivo de este certamen fue estimular y potenciar la expresión literaria y fomentar así una tradición muy enraizada en Cataluña, recuperando la esencia de los antiguos Jocs Florals, también llamados Juegos de la Gaia Ciencia.
Este certamen se remonta a Tolosa en el año 1323 y se estuvo celebrando hasta finales del s. XV, concretamente hasta 1484.
Se volvió a implantar en Barcelona el primer domingo de mayo del año 1859 gracias a la iniciativa de los poetas Víctor Balaguer y Antoni Bofarull, cuyo lema fue «Patria, amor y fe», en alusión a los tres premios que se otorgaban: Flor Natural o premio de honor a la mejor poesía amorosa, Eglantina de oro a la mejor poesía patriótica y Violeta de plata al mejor poema religioso. El ganador de los tres premios era investido Maestro del Gai Saber. El acto se acabó realizando, por tener mayor aforo que el inicial Saló de Cent de la Casa de la Ciudad, en la Llotja de Mar de Barcelona, bajo la atenta mirada del dios Mercurio, que cedía el paso a Apolo con las musas. ¡No podía haber un sitio más bonito para celebrarlo!
Debido a la guerra civil en Barcelona, en 1936, se suspendieron los Jocs Florals, reanudándose en 1941 como símbolo de la persistencia de una lengua oprimida que no quería morir ni degradarse, a pesar de la prohibición que se impuso del uso de la lengua catalana; y cómo no, también para los muchos catalanes dispersos por el mundo… 1941, año en que se abren fronteras y se extiende a ciudades como Buenos Aires, Santiago de Chile, La Habana, Montpellier, Londres, París, Nueva York, Sao Paulo, Cambrigde, México…
Un lazo de unión de los de dentro con los de fuera. Como dijo Joan Maragall en su Glosa: «Levantad los ojos al muro que nos separa: se acerca el día que seremos todos unos…».
En esta ocasión, todos los participantes recibieron un diploma y un premio en formato libro, habiendo un primer y un segundo premio, además de un primer y un segundo accésit. La temática principal estaba dedicada al lema «La fortaleza» y se podían presentar hasta un máximo de tres obras por autor, siendo el resto de temática libre.
El primer premio se otorgó al compañero de Sabadell Xavier Perera, con la poesía Compartir, y el segundo premio, a Ulator, de Barcelona, con la poesía Tuyo es el verso; el primer accésit se otorgó a Das, de Barcelona, con Cuando acaba el día, y el segundo accésit, a Jana, de Sabadell, con La luna me mira.
A pesar de la distancia impuesta, fue una celebración muy bonita y entrañable, dando paso después a la lectura de las poesías ganadoras.
Y ahora esperamos con deleite el próximo certamen y a que se anime mucha más gente a participar en esta actividad, inspirada en las fiestas celebradas en Roma en honor a la diosa Flora, Las Floralias o Ludi Florae… aunque hay que remarcar que estas fiestas duraban seis días, empezaban con actuaciones teatrales y concluían con competiciones y espectáculos en el circo y un sacrificio a Flora.
¡Que se prepare el año que viene Sabadell, que vamos a por todas!