En esta sesión de Paideia se ha realizado una entrevista a Francisco Capacete, autor del libro Yo, animal ¿Tienen alma los animales? Además de escritor, Francisco tiene otras dos vocaciones: la Justicia, ejerce como abogado especialista en derecho animal y la otra es su afición pedagógica y filosófica, que lleva a cabo en la asociación sociocultural Es racó de ses idees en Palma de Mallorca.
En el título, Yo animal, ha querido mostrar la síntesis del libro. Ese Yo significa que detrás de cada animal hay un Ser, una conciencia que constituye su verdadera identidad. Los animales, al igual que las personas, no son meros cuerpos físicos. Que aprendan y evolucionen es signo evidente de que tienen alma.
Sin embargo, el ser humano, al alejarse de su propia naturaleza y de la circundante, ha perdido la capacidad de comprender el simbolismo que late detrás de cada apariencia. Así, el autor cita el misterio que subyace detrás de las formas geométricas que una especie de pez globo realiza en la arena, comparables a las vidrieras de una catedral gótica. El reduccionismo materialista solo ve en ello un ritual de apareamiento.
A diferencia del ser humano, que cada individuo posee su alma, según el autor los animales están dirigidos por un «alma grupal» o colectiva que guiaría a cada grupo. Ese alma contendría la sabiduría acumulada a través del tiempo y de las experiencias de dicha especie.
En tanto que filósofo, el autor se pregunta por el papel que le corresponde desempeñar a la humanidad. Según él la verdadera naturaleza del ser humano es la convivencia, por eso debería promover un pacto con los animales y buscar su lugar en el planeta sin agredir a los demás seres que en él habitan.
Viendo la realidad de un modo más amplio, es decir, abriendo la mente a estas reflexiones que comparte Francisco Capacete, se entiende la vida de forma diferente. De una forma más humilde y respetuosa hacia la verdadera naturaleza de esos a los que se les llama animales.
