Con la inspiradora lectura de un extracto del libro de José María Toro, Educar con co-razón’ (Editorial Desclée de Brouwer), las conferenciantes han dado inicio a la charla que ha versado sobre la educación en valores y la actualidad de la educación propuesta por Platón.
Suny Cenizo, psicóloga e instructora de filosofía, ha comenzado analizando algunos aspectos de la educación de los niños, como por ejemplo la promoción de la competitividad exagerada, la sobreprotección, el exceso de normas en relación con la paradoja de la permisividad, la masificación en detrimento de la atención individualizada, el miedo a “traumatizar” a los niños, etc.
La educación coherente plantea que cada niño debe ser educado atendiendo a sus características personales para que, de ese modo, pueda desarrollar sus potencialidades innatas de la mano de un adulto que lo guie ayudándolo a sacar lo mejor de sí mismo.
Suny Cenizo ha querido remitirse a las fuentes de la sabiduría occidental e investigar lo que nos proponía Platón allá por el siglo V a.C. y sobre cuyas ideas se han inspirado una miríada de sabios a lo largo del tiempo como por ejemplo, el poeta romano Juvenal cuando decía: “Mens sana in corpore sano”.
Una educación completa es aquella que nos enseña a cuidar el alma y el cuerpo y para ello Platón nos proponía la música y la gimnasia. Sin embargo, no debemos entenderlo en los términos en los que actualmente las conocemos, sino que, por música se entendía a lo que enseñaban las Musas, las divinidades inspiradoras de las artes y ciencias. En tanto que la Gimnasia, se entendía como una disciplina para educar el cuerpo y formar la personalidad y el carácter con el objetivo de descubrir la finalidad en la vida de cada uno.
A continuación, la ponente se ha centrado en los conceptos de “PAIDEIA”, “EDUCERE” y “ARETHE”. PAIDEIA, que habitualmente se traduce como educación, pero que tiene un sentido más amplio y hace referencia a la transmisión de los valores civilizatorios, a la tradición como recuperación de valores atemporales que comprenden una suma de preceptos para adquirir el sentido del deber, la valentía, el honor, la fuerza vital, por citar sólo algunos. EDUCERE (latín) se refiere a la acción de “sacar de adentro” esos valores y cualidades que todos traemos innatamente y que debemos desarrollar para poder dar plena realización a nuestras vidas. Es enseñar a “ser” más que a “hacer”, que luego vendrá por añadidura. Y ARETHE es conseguir que esas cualidades que han conseguido aflorar lleguen a su máxima expresión de pureza y excelencia.
La educación enfocada de esta manera está en relación directa con la vida y estimular ese amor a la sabiduría nos hace activar ese motor interior que hay dentro de cada uno, lo cual lleva a un encuentro con la naturaleza de la que formamos parte. Lamentablemente los seres humanos actuales hemos perdido en gran medida el contacto con la naturaleza y vivimos en un entorno artificial y allí no tenemos la posibilidad de despertar en nosotros el sentido de trascendencia. La tecnocracia en la que vivimos nos ha alejado tanto de la naturaleza como de nuestro ser interior.
Finalmente, Suny Cenizo, ha concluido remarcando que educar es formar nuestro carácter, es enseñar el arte de la sabia y justa medida, bajo la mano conductora de ese músico interior que es nuestro ser, el que nos proporciona equilibrio y nos da la seguridad de que estamos haciendo lo que tenemos que hacer y que cuando formamos el carácter despertamos nuestra conciencia que es a la que naturalmente tenemos que ir dirigiendo hacia la idea del bien, del ARETHE, de lo bueno, lo justo, lo bello y lo verdadero.
Por su parte, Fini Durá Albert, fisioterapeuta, nos recordaba que Platón hablaba del dominio de la naturaleza inferior a través de la gimnasia, es decir, poner orden, disciplina, voluntad y esfuerzo, y además nos invitaba a cuidar el cuerpo por ser éste vehículo del alma. El cuerpo y el alma deberían estar en perfecta concordia. Sin embargo, en la actualidad, el cuerpo está sujeto a las modas y parece que si no respondemos al modelo o canon vigente, éste no nos sirviera, cuando en realidad el cuerpo es la expresión del alma.
La ponente ha hecho hincapié en que el cuerpo es un vehículo de expresión y de percepción, y como tal, necesita ser educado también. Desde hace mucho tiempo, el cuerpo se ha dejado de lado en los objetivos educativos ya que los mismos se centran en la mente y cuando se le da cabida es como cuerpo deportivo más que como cuerpo “expresivo”. La transformación del conocimiento ocurre en el cuerpo o no ocurre. Un experto en algo es aquel que lo ha comprobado, que lo ha vivido empíricamente, y que ha internalizado el conocimiento.
Fini Durá, afirmaba que solo sabemos cuando sabe y comprende el cuerpo, por eso decimos que hemos internalizado un conocimiento. Está demostrado que hay una relación muy estrecha entre mente, cuerpo, cerebro y movimiento; y que la práctica de ejercicio físico produce unas sustancias que regulan el crecimiento neuronal y además mejora ciertas estructuras cerebrales que están relacionadas con el aprendizaje, la comprensión, la memorización, etc. Es por ello que el aprendizaje de cualquier disciplina es más eficaz si se hace incorporando el movimiento. Por lo tanto, a mayor movimiento, mayor crecimiento cerebral.
En la última parte de la charla, Suny Cenizo ha retomado la palabra para referirse a ejemplos de métodos educativos que se acercan en alguna medida al ideal propuesto por Platón y que son las escuelas Waldorf, y las inspiradas en los métodos de María Montessori. Asimismo, ha hecho una especial mención al exitoso proyecto educativo que se realiza en Nueva Acrópolis de Brasilia donde los niños reciben una educación a través del trabajo intelectual y práctico de unidades basadas en las virtudes del alma que se pueden desarrollar desde pequeños, como por ejemplo: la gratitud, la cortesía, el bien, el respeto, entre otras.