Es una tarde lluviosa. Nos ponemos junto a la ventana a observar cómo la lluvia repiquetea contra el cristal… y nos ponemos música para acompañar el momento. Estamos en una fiesta, de cumpleaños o de cualquier otra cosa. Saludamos a la gente, participamos de la alegría general… y ponemos música alegre.

La música es la eterna compañera que siempre buscamos, pues nos acompaña y complementa nuestros estado de ánimo. Pero no es este el único poder de la música: también la usamos como ayuda para concentrarnos, para consolarnos, desahogarnos, e incluso para ponernos en un estado creativo.

Este último, es el aspecto en el cual Jesús Arnau, profesor de música, filósofo y músicoterapeuta, se centró durante la primera charla del año que Nueva Acrópolis Castellón celebró, como bienvenida al año 2022.

Durante la charla, el profesor Jesús Arnau llevó a los asistentes a través de las distintas definiciones que se han otorgado a la palabra creatividad, desde los tiempos de la Grecia clásica hasta la modernidad, con las distintas corrientes psicológicas vigentes actualmente.

Conclusión de este viaje: por mucho que queramos definir la creatividad, parece que las corrientes surgidas del pensamiento racional, lógico y empírico no pueden más que estudiar sus EFECTOS, pero están todavía lejos de descubrir sus CAUSAS, ya que parece una paradoja “crear algo desde la nada”, cuando hoy se sabe que en el Universo no existe el vacío (otra forma de llamar a la nada).

Entonces, ¿qué ocurre cuando creamos? Según los antiguos pueblos, es el silencio el que propicia la creatividad. Cuando estamos en silencio, somos capaces de volver a nuestro centro, el núcleo de lo que somos, nuestro origen… y desde ahí, es posible acceder a la verdadera ORIGINALIDAD.

La música, entonces, tiene el poder de arrastrar nuestra mente y nuestro mundo emocional a través de viajes que los llevan más allá de sus fronteras, y también es capaz de serenarlos, para que nuestro verdadero Ser Interior pueda resplandecer.

El verdadero silencio no está en la lejanía, ni en la neblina de una vaguada, ni en una cámara anecoica, sino probablemente en la intuición que está más allá del lenguaje, una zona donde el ego psicológico pierde sus cimientos. Es ahí cuando el silencio detiene, ordena, crea y disuelve.

En una sociedad como la nuestra, en la que cada segundo de nuestro día está lleno de estímulos y ruido por todas partes, y si no lo está, esto es percibido como algo negativo (estar perdiendo el tiempo y pensamientos similares), tal vez convenga pausar un momento, y “darle al Play” a nuestra música interior, la que nos permita reconectar con nuestra esencia y nuestro propósito de vida.