Gran interés despertó esta conferencia-coloquio a la que asistió numeroso público.
En ella se explicó como el poder de la mente sobre la materia debe darse no tanto para realizar fenómenos más o menos impresionantes, sino para materializar algo mucho más importante, más humanístico, más personal. El poder de la mente sobre la materia debe utilizarse para manejarnos a nosotros mismos, para tener sentido de la voluntad, para memorizar lo que leemos, para atrevernos a dar un paso hacia delante que nos mejore. Ese es el verdadero poder de la mente sobre la materia.