De todos es sabido que nuestra atención es… digamos poco constante. ¡No es de extrañar! Al fin y al cabo, vivimos rodeados de un sinfín de factores ambientales que parecen creados para capturar nuestra atención, secuestrarla de las cosas que son importantes para nosotros.
La charla que tuvo lugar en la Escuela de Filosofía Nueva Acrópolis de Castellón, reflexionó acerca de este interesante tema. A través de diversos ejercicios, la ponente, Emesé Godo, estudiante de de la Escuela de Filosofía, nos mostró diversos factores que influyen en nuestra salud cerebral, y en consecuencia, en nuestra capacidad para centrar nuestra atención en algo y sostenerla por un tiempo, en una conferencia participativa, amena, llena de risas y comentarios del público asistente, que se volcó en la actividad desde el primer minuto.
Nos mostró datos muy interesantes. Por ejemplo, ¿sabías que en Ciudad de México se llevó a cabo un estudio que demuestra el alto impacto que la contaminación ambiental tiene en el cerebro? ¿O que el famoso multitasking (hacer varias cosas a la vez) es en realidad poco práctico, porque no podemos poner nuestra atención plena en varias cosas a la vez? Con este y otros ejemplos, a veces más centrados en datos, a veces en forma de diálogos, debates y ejercicios mentales, vimos que, efectivamente, aún nos queda mucho que mejorar en el apartado de la atención.
Para terminar la ponencia, E. Godo nos trajo algunos consejos para mejorar nuestra atención, a través de una de las corrientes filosóficas más sencillas pero a la vez profundas que existen: el estoicismo.
No prestar atención a las cosas que no dependen de nosotros, centrar nuestra atención en una sola cosa a la vez, limitar el tiempo de uso de la tecnología y las redes sociales… son elementos que los asistentes a esta fantástica conferencia nos llevamos, como “deberes para casa”, que seguro mejorarán nuestra calidad de vida.
