Basado en la obra de Platón El banquete o Del amor, en Nueva Acrópolis Sabadell se ha realizado un ciclo de tres talleres consecutivos sobre el amor, bajo los títulos: «¿Sabes amar?», «Amor platónico» y una mesa redonda con escenificación de esta célebre obra, con todos sus personajes y sus ideas centrales sobre el tema del amor.
Han pasado ya más de dos mil años y continuamos preguntándonos: ¿qué es el amor? ¿Se puede vivir sin él? ¿Cuántas formas de amor hay? ¿Se puede cultivar el amor?
Fue en Grecia donde se celebró este famoso banquete, en el que siete ilustres filósofos opinaron sobre la naturaleza del amor. Los comensales eran: Agatón, el anfitrión y literato; Fedro, primo de Platón y sofista; Pausanias, político; Erixímaco, médico; Aristófanes, escritor de comedias; Alcibíades, general; y Sócrates, filósofo.
Y es que del amor siempre han hablado los poetas, los escritores, los filósofos y todos aquellos seres humanos poblados de profundidad y sensibilidad.
El amor está al alcance de todos, pero no todos lo vivimos de igual forma. Y aquí es donde estos grandes filósofos nos muestran las diversas caras del amor.
¿Es un anhelo humano que busca su otra mitad? ¿O tal vez es una forma de armonía como algo complementario? ¿Y si es un daimon, como dice Sócrates, que une lo celeste con lo terrestre?
A través de la lectura de esta obra en los dos primeros talleres, se fueron analizando las exposiciones de los invitados al banquete, y en el tercer taller se hizo una escenificación de todos ellos y sus argumentos sobre el amor.
Cabe decir que la escenificación, realizada por estudiantes de la asociación de Sabadell, fue excepcional en cuanto a calidad y contenido. Por momentos nos sentimos transportados a la antigua Grecia y nos deleitamos escuchándolos a cada uno de ellos hablar sobre el amor.
Y ya para acabar, mención aparte y como curiosidad, ¡en el banquete no había ninguna mujer para dar su opinión sobre el amor! Curioso, ¿no?, aunque sabemos que el diálogo central de Sócrates lo basó en las enseñanzas que le diera una mujer, la sacerdotisa Diótima.
Así que físicamente no había ninguna mujer en el banquete, pero la enseñanza más profunda es de una mujer en boca de Sócrates, una voz de mujer a través del tiempo.