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La jornada comenzó con un elaborado homenaje con trajes y decoración alegóricos de las grandes culturas de la humanidad. Seguido de una cena en la que se degustaron platos típicos, preparados por los propios estudiantes, de las múltiples nacionalidades que hoy conviven en la escuela de Barcelona. Un gesto que no solo llenó el ambiente de aromas y sabores del mundo, sino que reforzó la idea de unidad en la diversidad. La velada culminó con actuaciones artísticas y una animada pista de baile.

Agradecer, reconocer y homenajear
Todos los estudiantes de Nueva Acrópolis Barcelona compartieron un sentimiento de alegría con la celebración de estos 45 años.
Transitar por la vida con sentido implica reconocer el valor de las pequeñas acciones, ya que es desde lo pequeño que se construye el gran proyecto de la formación del ser humano. En este aniversario se recordó que, por encima de todo, somos seres humanos llamados a compartir una historia común, rindiendo homenaje a aquellos pioneros que, como puentes vivos, siguen transmitiendo enseñanzas antiguas que hoy, lejos de haber perdido vigencia, son más necesarias que nunca.
Recibir, atesorar y transmitir
Con la voluntad de mantener viva la memoria histórica, los asistentes recordaron los momentos más especiales del año y escucharon, con atención y emoción, a los veteranos, que compartieron de forma sencilla, pero profunda, la belleza de sus comienzos. Fueron testimonios cargados de entusiasmo y fuerza interior: un verdadero tesoro que ilumina y nutre este proyecto humano.
El pasado se convierte en guía para el futuro cuando se ordenan las prioridades y se reflexiona sobre el verdadero sentido de la vida. Por lo tanto, recordar es un reencuentro con la identidad más profunda.
Nueva Acrópolis Barcelona reafirma así su compromiso con la filosofía práctica, la formación del ser humano y la construcción de un futuro más justo, consciente y fraterno.
¡Gracias!


