Su origen lo encontramos en la Gracia clásica y helenística donde la filosofía era totalmente práctica y servía para aplicarla a la vida. En la actualidad existe una ruptura profunda a nivel moral, filosófico, religioso y también político, ya que se piensa, se siente y se actúa de diferente manera. Resolver esta situación actual requiere una re-lectura de modelo y del papel del ciudadano en la sociedad. Para llegar a conseguirlo, sería necesaria una visión holística de la realidad que nos permita conseguir la unión. Si cada persona tuviera la fuerza moral de cambiar para mejorar y se uniera a otros, el mundo empezaría a cambiar. Algunos autores plantean un camino a través del micro-activismo, en donde el ciudadano debe tomar conciencia de él mismo, educándose de manera integral y transmitiendo esos conocimientos para que poco a poco la sociedad cambie para mejor. Con ello conseguiríamos que Europa no fuese solo una realidad económica, sino también un ideal: un proyecto de comunidad dirigida hacia del bien común de todos sus pueblos.