Continuamos con el ciclo de filosofía dedicado a los héroes, esta vez dedicado a una de las obras clásicas que impulsaron la civilización griega: la Odisea, de Homero. Esta magnífica obra entra dentro de la mitología antigua griega y como tal se puede interpretar en varias claves, cada una de ellas accesible a el nivel de conciencia adecuado para descifrarla. De esta manera se puede interpretar a nivel histórico, a nivel filosófico y ético, etc.
Esta epopeya griega nos narra las aventuras del héroe Odiseo y sus guerreros de vuelta a Ítaca después de haber vencido en la guerra de Troya. Todos los personajes encierran un significado profundo, son símbolos. Así, Odiseo representa al Yo Superior; Telémaco, su hijo, es el buscador, el filósofo; Penélope, su esposa, representa a las virtudes; la diosa Atenea a la Sabiduría, el dios Poseidón a la psique, Zeus es la Ley y el deber y así todos los personajes que aparecen en la historia.
Los compañeros de Odiseo o Ulises para los romanos, que le acompañan durante el viaje representan la personalidad y al final, después de haber superado diversas pruebas con cíclopes, lotófagos, sirenas……, perecen en un fuerte temporal mientras navegan, y Ulises llega sólo a su lugar de origen: Ítaca.
De la misma manera si queremos conquistar nuestra Ítaca interior tendremos que lidiar con nuestra personalidad y en última instancia para vivir sólo para lo Superior, sin ataduras personales que nos impidan reinar en nuestra casa de origen.