El filósofo y abogado especialista en derecho animal, Francisco Capacete, presentó en el Espacio Luzarra de Bilbao su libro Yo animal, con el subtítulo ¿Tienen alma los animales?
Francisco desvela que el título encierra un doble sentido ya que por un lado indica que el ser humano tiene una parte animal y por otro lado reivindica que los animales poseen conciencia o «yo». Aunque, esta visión del mundo es contraria a la forma de pensar más generalizada actualmente.
El Hombre se siente superior a las demás criaturas y las utiliza a su antojo. Todavía hoy se duda de si los animales tienen derechos. Francisco recuerda que hace 30.000 años que el hombre convive con animales. Entonces, ¿Cómo negarles su propia identidad? ¿Cómo no reconocerles sentimientos, emotividad y afectividad ?
El autor advierte que hay que tener sensibilidad del alma para reconocer lo verdaderamente valioso e importante. Pero para ello se impone un cambio de mentalidad en la sociedad. Sin sentimientos solo se ven cuerpos físicos, sin alma, que nacen y mueren sin ningún sentido aparente.
Pero, ¿Cómo definir el alma? Francisco sostiene que el alma no se puede clasificar. A ella pertenecen alegrías, sueños, aspiraciones, ilusiones… Según el autor, todos los seres del planeta la poseen, ya sean minerales, vegetales, animales o humanos. Ese alma tiene la misma esencia y la misma luz pero se expresa de distinta manera en cada uno de ellos.
Al reconocer la identidad de los animales , hay que plantearse si es justo experimentar con ellos porque sí, o si es ético esquilmar la naturaleza para el provecho exclusivo del ser humano.
Para finalizar recuerda que no hay que olvidar que la Madre Tierra acoge a todos sus hijos sin distinción. Como a cualquier madre le gustaría ver que esos hijos viven en paz y concordia. Le corresponde a esta sociedad buscar los medios para caminar hacia el futuro todos juntos cogidos de la mano.