Observación nocturna del Cielo

Gracias a los conocimientos astronómicos de uno de nuestros estudiantes,  organizamos una observación del cielo nocturno. Para ello, al terminar nuestra clase semanal, subimos a la terraza del edificio donde se ubica nuestra escuela, para observar la alineación planetaria que ha tenido lugar durante los meses de enero y febrero. Pudimos identificar a Júpiter y cuatro de sus lunas, a Venus en una de sus fases, y a Marte, en lo alto del firmamento.  Aprendimos que una forma fácil de distinguirlos de las estrellas es que la luz de estas parpadea, mientras que la de los planetas se mantiene fija. Además de los planetas, aprovechamos para ver la Luna, con sus cráteres y mares.

La experiencia nos permitió constatar la velocidad a la que se mueve la Tierra, pues al estar el telescopio fijo, los planetas desaparecían rápidamente de nuestra vista, tras el paso de dos o tres observadores, y había que reenfocar nuevamente el objetivo. Y por el mismo motivo, Venus fue cayendo tras la línea del horizonte nocturno, a pasos acelerados, y algunos se quedaron sin verlo.

Como diría el gran Galileo, Eppur si muove. ¡La Tierra se mueve, qué gran descubrimiento!

 

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