La grafología tiene importantes aplicaciones: se usa en empresas para selección de personal; permite detectar problemas de aprendizaje en niños; se utiliza en procesos judiciales; y además sirve para el conocimiento de uno mismo y de los demás.
El taller sobre grafología y autovaloración, impartido por la grafóloga Eugenia Cortés, fue de carácter práctico, lo cual nos permitió analizar nuestra escritura para descubrir rasgos de nuestra personalidad. Como nos dijo Eugenia, en el análisis grafológico se estudian las siguientes características: tamaño de la letra, inclinación de palabras y renglones, velocidad de escritura, continuidad de las letras en las palabras, orden del texto en relación al folio, los rasgos de cada letra en concreto, y la forma general de la escritura, si es predominantemente curva o angulosa, si enlaza las letras por arriba o por abajo…
El taller se centró especialmente en el análisis de la firma, que representa un gran apartado de la grafología, que nos permite analizar nuestro yo más personal. Si la firma es legible, muestra que uno está seguro consigo mismo; si es ilegible, puede significar que uno se infravalora. En la rúbrica, podemos descubrir nuestras ambiciones. A mayor rúbrica, menor personalidad. Si es sencilla, muestra sinceridad; mientras que si es complicada, puede significar ocultación.
Como se dice en grafología: “dime cómo escribes y te diré quién eres”.