Dentro de una serie de charlas sobre Egipto que se realizan de forma habitual en Nueva Acrópolis Madrid, se presentó El descubrimiento de las Tumbas reales en el siglo XIX, a cargo de Rafael Agustí, presidente de la Asociación Española de Egiptología.
Este hallazgo, también conocido como La famosa cachette real de Deir el-Bahari, fue un hito en los descubrimientos arqueológicos en Egipto, y ofreció un sinfín de información para la comprensión de la tumba de Tutankhamon.
Denominada normalmente como la tumba DB 320 (Deir el-Bahari), o como la TT 320 (Tumba Tebana), este enterramiento se encuentra situada en la necrópolis de Tebas, frente a Luxor, en la orilla oeste del Nilo. Gracias a la aparición de objetos de la XXI Dinastía en el mercado ilegal de antigüedades en la década de 1870 se comenzó a investigar la región, descubriendo que una familia local, la de Abd el-Rasuls en la aldea de purna, había encontrado la tumba en 1860.
En otro escondrijo real se encontraron las momias del Rey Amenhotep II, Ramsés III, Merneptah, Seti ll, y La reina Tiy, abuela de Tutankhamon y su madre la reina Kiya de 23-25 años. A pesar de sus 3.500 años, están todas las momias extraordinariamente bien conservadas. Cabe destacar la presencia de la momia del Rey Ahmose, uno de los grandes faraones de Egipto, el famoso Ramses II, Ramses III, Seti I, Tutmosis I y la reina Tetisheri. También apareció un cofre de madera, en el que encontraron un molar, un hígado y un cartucho con el nombre de entronización de la reina Hatshepsut.
Todo aquello fue trasladado en sólo 48hs, por lo que el contexto arqueológico se perdió ya que no se tomaron notas ni mapas.
Hoy en día podemos verlo todo en el Museo del Cairo, donde desde hace ya 129 años se expone uno de los mayores descubrimientos de la arqueología egipcia.
La tarea del filósofo como ya se ha dicho, no solo es estudiar la Historia, sino también irla descubriendo, rehaciendola, repensandola, sin miedo ha encontra la verdad que oculta.