En nuestra sede de Valencia hablamos sobre el Tíbet, considerado siempre el país del misterio y la espiritualidad. Pocos viajeros como Helena Petrovna Blavasky, Alexandra David-Néel o Heinrich Harrer penetraron en los monasterios del profundo Tíbet y nos acercaron su cultura, sus enseñanzas milenarias y sus técnicas para realizar prodigios psíquicos.
Con asombro escuchamos relatos de cómo monjes activaban chakras energéticos para producir calor corporal o de cómo podían correr como caballos utilizando técnicas de concentración.
Los maestros del Tíbet nos indican que todo es transitorio y nos ofrecen otra forma de ver la vida a través de la meditación e intentar desprendernos de lo que no le sirve a la mente, de lo que la hace sufrir y alimentar al filósofo que llevamos dentro para poder entrar en el camino hacia el descubrimiento de nosotros mismos.