En una época en la cual el deporte se reservaba a las clases privilegiadas, Pierre de Coubertin recogió el sentido del esfuerzo y de la sana competición tal y como se vivía en la antigua Grecia y luchó por restablecer los juegos Olímpicos. Se le considera el fundador de las las Olimpiadas modernas. Él definió el Olimpismo como una filosofía de vida que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Coubertin propuso cultivar los valores humanos a través del deporte.