¿Habéis tenido alguna vez la sensación de que unas ciudades son diferentes a otras? Algunas se sienten acogedoras, otras, bulliciosas, en otras se siente un aire más bohemio, en otras, más tradicional… Todas esas son características que tienen que ver con lo que podríamos llamar el “alma” de la ciudad.
Un equipo de voluntarios de Nueva Acrópolis Castellón se propuso estudiar cómo sería el alma de Castellón, estudiando su historia, simbología presente en sus escudos, sus monumentos… Presentaron sus conclusiones en una charla, ligada a una visita guiada, al día siguiente, por los monumentos vistos en la charla.
De esta forma, los asistentes pudieron conocer más a fondo el Fadrí, los pórticos de la Concatedral de Santa María y el Mercado Central. Estos lugares por los que los castellonenses pasan todos los días, a partir de ahora guardan menos secretos.