La escuela de filosofía a la manera clásica, Nueva Acrópolis, celebró con gran éxito su 10º Festival de Filosofía en la ciudad de Zaragoza. Este evento anual, dedicado a explorar las raíces del pensamiento humano y promover el amor por la sabiduría, atrajo a una audiencia diversa y apasionada.
El festival, que se llevó a cabo en Espacio Da Vinci, en el centro de la ciudad, contó con la participación de distinguidos profesores invitados que compartieron sus conocimientos sobre una amplia gama de temas filosóficos. Desde las enseñanzas clásicas de Confucio y los estoicos hasta las corrientes más contemporáneas, los asistentes tuvieron la oportunidad única de sumergirse en un mundo de ideas y reflexiones.
Actividades Prácticas para una Experiencia Filosófica Inmersiva
Lo que hizo que este festival fuera especialmente destacado fueron las actividades prácticas que ofreció. Los participantes no solo escucharon conferencias magistrales, sino que también participaron activamente en talleres y ejercicios diseñados como un Laboratorio Filosófico para aplicar las enseñanzas filosóficas a la vida cotidiana.
«La filosofía no debería limitarse a las aulas; debe ser vivida y experimentada», afirmó el director de Nueva Acrópolis. «Nuestro objetivo es inspirar a las personas a pensar más profundamente y a aplicar la sabiduría antigua a los desafíos modernos», agregó.
Una Comunidad Filosófica en Crecimiento
El festival no solo fue un evento educativo, sino también una oportunidad para construir y fortalecer una comunidad filosófica. Los asistentes compartieron ideas, reflexiones y experiencias, creando un ambiente enriquecedor y colaborativo.
«Ver a tantas personas interesadas en la filosofía y dispuestas a explorar nuevas perspectivas es inspirador. Este festival no solo celebra la sabiduría del pasado, sino que también siembra semillas para el pensamiento futuro» expresó Enrique Galbis, uno de los conferenciantes destacados, especialista en estoicismo.
En resumen, el 10º Festival de Filosofía de Zaragoza organizado por Nueva Acrópolis no solo fue un evento educativo, sino una celebración vibrante de la filosofía en acción. Con profesores expertos y actividades prácticas, dejó una impresión duradera en todos los que participaron, consolidando su lugar como un punto culminante anual en el calendario filosófico de la región.
