El Espacio Luzarra presentó en el mes de febrero dos mini charlas-coloquio: la Timidez y los Estados Emocionales a cargo del profesor Miguel Ángel Antolínez y la profesora Yolanda García.
TIMIDEZ
Se definió la timidez como un estado emocional de inseguridad o vergüenza que dificulta las relaciones interpersonales. Como se mencionó en el coloquio, somos animales políticos o Zoon politikón cuyo concepto es de Aristóteles, y lo cual significa que nuestra naturaleza es social.
En segundo lugar, Miguel Ángel enumeró una serie de causas que pueden provocar la timidez, algunas de ellas citadas por el psicólogo Philip Zimbardo, llegando a concluir que pueden ser tanto innatas como adquiridas: “La timidez siempre está ahí, es como el miedo” dijo el conferenciante.
En relación a los tipos de timidez, en cada persona se manifiesta de manera diferente pero, hay una serie de elementos comunes: timidez situacional, amorosa, hablar en público y el ser introvertido/extrovertido.
Además, en la charla se habló de algunas de las recomendaciones para controlarla como: el saber escuchar, la empatía, la asertividad, la inteligencia emocional, adquirir maestría en algo, en definitiva, el desarrollo de habilidades sociales.
Por último, señaló la clave fundamental de cómo dominarla, y es conocerse a sí mismo, allí se descubre el amor, la voluntad y la inteligencia para poder navegar por el mundo con la íntima certeza de estar bien orientados.
ESTADOS EMOCIONALES
En la charla de los estados emocionales impartida por Yolanda García se comparó las estaciones del tiempo y las emociones, donde en las dos se pasa de la una a la otra sin que se sepa a ciencia cierta lo que va a ocurrir después.
El ser humano ante los estímulos tiene dos opciones de respuesta: emocional (camino corto), suele ser inmediata e inconsciente y por otra parte la mental (camino largo), donde se valora más la situación y es más propia del ser humano.
Finalmente, se dan una serie de herramientas para conducirlas:
– Mantener las metas
– Guiar las emociones hacia ellas.
Ya lo decía Séneca: “No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va” que, en otras palabras, quiere decir que el que sabe a dónde va tiene más claridad y aprovecha los momentos difíciles para convertirlos en favorables, y si se mantiene ese enfoque, el mundo se convertirá en un lugar mejor.
