En la concepción universal clásica de los griegos, la Unidad primordial se manifiesta en la multiplicidad a través de diferentes entidades, y la más inmediata a ese origen incognoscible son los dioses. Estos representan las leyes que organizan el Cosmos y también aspectos de la psicología humana, en este caso de la psicología femenina. Son esos arquetipos o Ideas superiores que nos sirven de modelo elevado.
En primer lugar, tenemos a las Diosas vírgenes: Artemisa, Atenea y Hestia. Son independientes y completas en sí mismas. No necesitan de la compañía masculina para realizarse y ser felices.
También están las Diosas vulnerables: Hera, Deméter, Perséfone. Éstas sí que necesitan de una relación para completarse y recorrer su camino vital. Estas relaciones pueden ser de pareja o de madre e hija.
Por último, tenemos a la Diosa alquímica, Afrodita. Diosa del amor, de la belleza y del disfrutar de la vida. Vive el presente con intensidad, sin comprometerse con el futuro.
La finalidad de ver estos arquetipos en las Diosas griegas y sus mitos es poder descubrir aspectos de la psicología femenina con los que nos reconozcamos y así mejorar la sombra propia del arquetipo con el que me identifico con la virtud de ese mismo arquetipo. Un verdadero y muy práctico ejercicio de autoconocimiento, sin duda.
