Se ha celebrado el IV Congreso de Ciencia, organizado por la Asociación Nueva Acrópolis Alicante. En esta oportunidad, cuatro oradores procedentes de diversos ámbitos profesionales, con una fuerte vocación filosófica han abordado el tema de la ética en el mundo de la ciencia.
El doctor en Salud Pública y en Enfermería, D. José Ramón Martínez Riera, ha abierto el turno de palabra refiriéndose a la “Ética y humanización de los cuidados de salud”. Apoyado en buena parte de su intervención por escenas de la película “Amar la vida” del director Mike Nichols y con Emma Thompson como protagonista, el Dr. Martínez Riera expuso de forma práctica y contundente los efectos de la deshumanización y falta de ética y estética con que a menudo se trata a las personas que acuden a los centros hospitalarios a buscar ayuda para sus dolencias.
El ponente ha explicado que, no sólo es necesario el trato ético sino también estético, en el sentido de que las actitudes y acciones de los profesionales del cuidado de la salud deben albergar belleza y esta es el resultado de realizar el trabajo con ternura, con auténtica empatía, ofreciendo apoyo a los pacientes más allá de un cuidado realizado con corrección técnica que se debe dar por sentado. Escuchar al paciente, hablarle, mirarle a los ojos, comprenderlo… son acciones que tienen un poder inusitado para reconfortar, tranquilizar y ayudar a curar.
La segunda exposición de la mañana estuvo a cargo del Doctor en Biología D. Manuel Ruiz Torres quien ha desarrollado su tema bajo el título “Ciencia sin conciencia es la ruina del alma”, una frase de Françoise Rabalais (filósofo francés del siglo XVI) que viene a decirnos que la “vida interior” del científico, entendida como el conjunto de circunstancias personales, creencias y prejuicios, tamizadas por los valores éticos del mismo influyen en el resultado de sus investigaciones y conclusiones. Por ello, es fundamental el aporte de la filosofía para recuperar una ética universal, que sea conductora de la ciencia para beneficio de todos los seres humanos.
Por la tarde, la sesión ha quedado abierta con la ponencia “La importancia de la neuroeducación y la educación emocional en la convivencia” presentada por el Dr. en Ciencias Biológicas, Carlos Caurín Alonso quien se explayó sobre la importancia de conocer los mecanismos del cerebro, del sistema nervioso y del endocrino para poder educar correctamente atendiendo a la inteligencia emocional. Saber identificar y modular las emociones, ayuda a relacionarnos con madurez y a resolver conflictos ya sean intrapersonales o interpersonales.
El cierre del congreso, ha sido realizado por la Ingeniera Sara Ortiz Rous, con el tema titulado “La ética: enlace necesario entre la ciencia y sociedad”. La ingeniera y filósofa habló de la bioética, que es la rama de la ética dedicada a establecer los principios para la conducta más apropiada del ser humano con respecto a la vida humana y del resto de seres vivos, así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la misma. La interacción de la ciencia con la vida social necesita de la ética para que esta íntima relación se útil y justa para la humanidad.